Quinteto Mozart

De Izquierda a derecha: Mario Salinas, Xavier Quiñones, Patricia Rincón Gallardo, Carlos Sánchez Cuara, Jaime Hernández Lino.

Hacia el año de 1967, cinco alumnos de 2 grado de la entonces Escuela Nacional de Música de la UNAM, coincidieron no solo en simpatías, sino además, en estar estudiando sus respectivos y diferentes instrumentos de viento:

Mario en la flauta, Patricia en el Oboe, Xavier con su clarinete, Carlos en el corno francés y Jaime en el fagot, justos los instrumentos necesarios para la conformación de un quinteto de alientos clásico.

Siendo jóvenes por aquellos años, nunca se imaginaron que su pasión por la música sería superado por una entrañable amistad que ha perdurado a través de poco más de medio siglo.

Desde aquel entonces, Xavier siempre se distinguió por ser sumamente inquieto. Misma inquietud que era resultado de su talento tanto para el deporte, como para las matemáticas, el dibujo de imitación, la caricatura, la ejecución de varios instrumentos (especializándose en el clarinete) y la pasión por la composición.

El legendario maestro jalisciense, Anastasio Flores, a quien se le considera “Padre de la escuela clarinetística en México” (mejor conocido por sus alumnos como el sobrenombre de “maestro Tacho” -que con mucho cariño le otorgaron-) coincidiendo con el virtuoso de la viola, maestro Ivo Valenti Scardovi, le tenían un especial aprecio por su musical talento y disciplina para el estudio y práctica del instrumento. Sin embargo su carácter inquieto y el no estar del todo dispuesto a someterse a la disciplina de una agrupación musical profesional, no pocas veces provocó que le llamaran la atención: Xavier siempre huyó de la rutina.

Retornando a la agrupación estudiantil, cuando fue tomando un perfil digno de representar a la primera institución universitaria del país, le fue otorgado el nombre de Quinteto Mozart de la Escuela nacional de Música de la UNAM, que por muy largo tiempo ofreció innumerables audiciones y conciertos en las diversas escuelas y facultades de la propia casa de estudios, Instituto Nacional de Bellas Artes, así como para el Organismo de Promoción Cultural de la Secretaria de Relaciones Exteriores.

En numerosos conciertos, el Quinteto Mozart incluía algunas de las obras del entonces estudiante Xavier Quiñones, siendo recibidas por el público con entusiasmo por su originalidad, frescos giros melódicos e interesantes combinaciones armónicas.

Jaime Hernández Lino